¡Muy buenos días! 👋 En las últimas semanas está habiendo un debate en España que reconozco que me había pasado totalmente inadvertido ante tanto ruido político y también quizás porque no es un tema que me toque muy de cerca (no es un tema que me afecte
Como psicóloga infantil y madre estoy de acuerdo en que la infancia no está preparada para un móvil propio.
No lo estamos muchos adultos, como para dárselo a una personita en etapa de desarrollo.
No sólo por la adicción que crea el dispositivo en sí, también por los efectos de las RRSS y los grupos de whatsapp en la autoestima y el desarrollo personal, que es sobretodo para lo que se usa.
A consulta llegan cada vez más niños y niñas con retraso del lenguaje y poca capacidad de atención y concentración.
Las pantallas se han convertido en las cuidadoras de nuestros hijos e hijas, con nefastos efectos sobre sus funciones ejecutivas.
Mi hijo ya empieza a pedírmelo (12 años) pero no se lo daré antes de los 14. Un grupo de familias de su clase hacemos piña. Muchas otras ya se lo han dado.
Da igual la razón: porque los padres se separan y prefieren poder llamarlos directamente sin pasar por el otro progenitor, o porque tienen que salir solos del cole...
Nosotros no teníamos en nuestra infancia.
Se puede vivir sin.
Eso sí, en ese caso, hay que pasar tiempo a enseñarles todas las medidas de precaución y de reacción en caso de necesidad. Y eso implica quitarle tiempo a otra cosa.
🥴 ¿revisamos prioridades?
Mi primer móvil fue a los 21. Año 2000. Un nokia con antena jajaja
Tema peliagudo 🥴
Como psicóloga infantil y madre estoy de acuerdo en que la infancia no está preparada para un móvil propio.
No lo estamos muchos adultos, como para dárselo a una personita en etapa de desarrollo.
No sólo por la adicción que crea el dispositivo en sí, también por los efectos de las RRSS y los grupos de whatsapp en la autoestima y el desarrollo personal, que es sobretodo para lo que se usa.
A consulta llegan cada vez más niños y niñas con retraso del lenguaje y poca capacidad de atención y concentración.
Las pantallas se han convertido en las cuidadoras de nuestros hijos e hijas, con nefastos efectos sobre sus funciones ejecutivas.
Mi hijo ya empieza a pedírmelo (12 años) pero no se lo daré antes de los 14. Un grupo de familias de su clase hacemos piña. Muchas otras ya se lo han dado.
Da igual la razón: porque los padres se separan y prefieren poder llamarlos directamente sin pasar por el otro progenitor, o porque tienen que salir solos del cole...
Nosotros no teníamos en nuestra infancia.
Se puede vivir sin.
Eso sí, en ese caso, hay que pasar tiempo a enseñarles todas las medidas de precaución y de reacción en caso de necesidad. Y eso implica quitarle tiempo a otra cosa.
🥴 ¿revisamos prioridades?
Mi primer móvil fue a los 21. Año 2000. Un nokia con antena jajaja